Y, una vez más, Chamba vuelve a "dejarnos con la boca abierta". Tras un viaje de 9.000 km, llega a casa, se pone sus zapatillas y a correr la III Cross Urbano Nocturno en Castilleja de la Cuesta. Es pasión, no hay otra definición. Junto a él se dieron cita alrededor de 400 corredores que combinaron el deporte y el ocio en una tarde de Viernes.