Antes de plantar las fresas es importante preparar el terreno.

Quitar las malas hierbas, limpiar el suelo, enriquecerlo con abono y labrar la tierra.

Una vez plantadas, se cubre con plástico el terreno donde van a crecer para mantener la humedad y la temperatura del suelo. Y, además, evitar la aparición de las malas hierbas.

 

A medida que van creciendo y madurando, se van recogiendo.

Dejándoles así, todos los nutrientes a aquellas que están en pleno desarrollo.

 

Gracias a los cuidados que les propician los agricultores, a las fresas, disfrutamos de ellas en nuestra mesa.